Durante la conferencia “El Futuro Geopolítico de América Latina en la Era de los Minerales Críticos”, realizada en el marco de Perumin 37, el director del Observatorio de la Minería Climática Justa, Arnoldus M. van den Hurk, advirtió que el uso de minerales a nivel global seguirá aumentando en las próximas décadas, lo que traerá importantes implicancias en sostenibilidad, seguridad energética y dinámica geopolítica.
Según explicó el especialista, se espera que el consumo per cápita mundial de minerales pase de 8,63 toneladas anuales por persona en 2024 a 9,28 toneladas en 2050, lo que representa un aumento de 7,5%. Esta tendencia se relaciona con el crecimiento poblacional, la demanda tecnológica y la transición energética global.
Van den Hurk ilustró el impacto físico de la minería a gran escala, señalando que Codelco mueve diariamente más de 2 millones de toneladas de tierra, equivalentes a más de 730 millones de toneladas por año. Esta magnitud, comparada con el peso total de los edificios de Manhattan o con ciudades completas como Barcelona, refleja el desafío que representa para los países productores mantener este ritmo sin comprometer el entorno.
A nivel global, el material movilizado solo para extraer cobre en 2024 equivale, según el experto, a la construcción de cerca de 9 ciudades como Arequipa o casi 2 Lima, lo que evidencia la escala del fenómeno extractivo que acompaña la demanda de minerales críticos.
Dentro de los retos emergentes, el académico destacó temas como la descarbonización, el cambio climático, la necesidad de contar con licencia social para operar, y el cumplimiento de estándares ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), además de la presión sobre los costos operacionales.
Aunque el consumo de combustibles fósiles disminuirá, bajando de 2,07 toneladas per cápita a 1,59 en 2050, no desaparecerá por completo. En contraste, el consumo de metales en países como Perú y Chile crecerá notoriamente, pasando de 244 kg a 414 kg per cápita, impulsado tanto por el crecimiento económico como por la transformación energética.
Finalmente, Van den Hurk proyectó que hacia mediados de siglo, el 30% de los metales del mundo estarán destinados a garantizar la seguridad energética, y advirtió sobre el impacto de la presión demográfica global, señalando que países como Nigeria ya superan en nacimientos anuales a Estados Unidos y Europa juntos, lo que podría agudizar las tensiones sobre recursos estratégicos.