El precio del cobre registró su mayor alza en tres meses, impulsado por una combinación de factores que incluyen la reducción de inventarios globales, señales de distensión en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, y una expectativa de aumento en la demanda internacional. La cotización del metal rojo en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subió 0,9 % hasta los 9.960 dólares por tonelada, alcanzando un máximo intradía de 9.984 dólares, el valor más alto desde el 27 de marzo.
En paralelo, el contrato de septiembre en la Bolsa Comex superó los 5,19 dólares por libra, aproximándose a su récord histórico de 5,277 dólares registrado en marzo. Este repunte se da en un escenario marcado por una caída de 65 % en los inventarios de la LME en lo que va del año. En contraste, los almacenes de la CME en Estados Unidos duplicaron sus volúmenes, reflejando un traslado anticipado de cargamentos ante el riesgo de nuevas medidas arancelarias por parte del gobierno de Donald Trump.
El mercado presenta actualmente una estructura en “backwardation”, donde los contratos spot superan ampliamente los precios a futuro, lo que evidencia una tensión inmediata en la oferta. Esta condición se ha visto agravada por la investigación en curso bajo la Sección 232 de EE.UU., que evalúa aplicar tarifas a las importaciones de cobre, generando incertidumbre adicional en los mercados globales.
Analistas coinciden en que el comportamiento de las fundiciones chinas será decisivo en los próximos meses. Hasta ahora, dichas plantas no han incrementado sus exportaciones para responder al déficit de oferta, lo que mantiene la presión sobre los precios. “El mercado londinense del cobre seguirá siendo un terreno peligroso para los bajistas mientras no se intensifiquen los envíos desde China”, indicó el analista Andy Home en una columna para Reuters.
De acuerdo con proyecciones publicadas por Bloomberg, el banco Goldman Sachs anticipa que el cobre podría alcanzar un máximo de 10.050 dólares por tonelada en agosto, debido al estrechamiento de la oferta fuera de Estados Unidos. Con una valorización del 12 % en el primer semestre de 2025, el cobre se posiciona como el segundo metal con mejor desempeño del año, reafirmando su rol esencial en la transición energética global y en industrias estratégicas como la electromovilidad y la infraestructura verde.